martes, 22 de noviembre de 2011

EL PROBLEMA DEMOGRÁFICO Y SU INFLUENCIA SOBRE EL DESARROLLO MUNDIAL.

El problema demográfico, es un problema esencial para la humanidad en los principios del siglo XXI, porque todas las cuestiones globales de la alimentación, recursos naturales, problemas energéticos, ecológicos, etc. Están relacionados con el.
En general un problema es una dificultad sin resolver, la cual impide al desarrollo de la humanidad a nivel global, regional y nacional.
Es bien sabido, qué gracias a los planteamientos y estudios que hizo el reverendo Thomas Malthus, surgió la demografía, la cual estudia las características y los cambios que ocurren en la población humana, utilizando en sus análisis demográficos, entre otros, los siguientes conceptos:
Tasa de natalidad: Es el número de nacimientos por cada 1000 personas.
Tasa de mortalidad: Es el número de muertes por cada 1000 personas.
Fertilidad: Que son las condiciones de poderse reproducir.
Fecundidad: Se refiere al número medio de hijos que tienen las mujeres.
Crecimiento demográfico es cuando existe un aumento de individuos en un periodo específico, en cuanto a número de personas que viven en un país o una región.
La variación en el tamaño de la población viene determinada por el número de nacimientos, fallecimientos, inmigraciones y emigraciones dados a lo largo de un periodo determinado. Estos factores de cambio se expresan como porcentajes de la población total para calcular la comparación el índice de natalidad, mortalidad, de migración y de crecimiento de la población. Los índices de natalidad y mortalidad se suelen expresar como tantos por mil (%) anual.
Se dice que el índice total de fertilidad es el número de hijos que una mujer podría tener durante su vida fértil.
La mortalidad infantil es la probabilidad de fallecimientos durante el primer año de vida.
El crecimiento demográfico consiste en el crecimiento acelerado de la población.
Si al final del periodo neolítico había 10 millones de personas, en la era cristiana 200-300 millones, en la edad moderna 500 millones y en 1962, según la estadística mundial de las Naciones Unidas, hay tres mil millones de habitantes en el planeta tierra.
Este proceso lleva al desequilibrio ecológico, agotamiento acelerado de los recursos energéticos, dificultades para la alimentación de la población y la falta de empleos entre otros.
En la antigüedad los gobernadores trataban de calcular el número máximo posible de los habitantes del planeta, conforme a los recursos naturales existentes: Según el nivel actual de desarrollo de las fuerzas productivas, en la tierra pueden vivir cerca de 10 millones de habitantes sin ningún problema. Sin embargo, el problema demográfico tiene contenido y dimensiones distintas para los diferentes países y regiones. En el mundo casi todos los países tienen este problema.
Relación entre el problema demográfico y la alimentación.
Tras todos los problemas de la humanidad, se encuentra el problema demográfico ya que el crecimiento y la disminución de la población, el cambio del predominio de adultos y ancianos o gente joven pueden repercutir y tener serias consecuencias en el medio ambiente, que también pueda verse reflejado en la economía nacional y en las condiciones de vida de la población. Por otro lado, la mayor parte de los problemas globales resultan del problema demográfico, por ejemplo, él de la alimentación. Generalmente, países y regiones, que tienen este problema, se caracterizan por un crecimiento rápido de la población. Por ejemplo, en los países de África Oriental, Central y  Occidental, El sur de Asia etc.
Una relación clara entre ambos problemas globales se observa en los países subdesarrollados con problemas socioeconómicos que llevan a un inestable nivel de vida y escasez de productos alimenticios. Por otro lado, el retraso en el desarrollo socioeconómico de un país favorece un nivel más elevado de fecundidad, así como la natalidad y mortalidad infantil. Esto se debe al hecho de que la parte enorme de la población tiene un nivel demográfico bajo y es dependiente de la influencia de las tradiciones y las religiones.
El desempleo, las diferencias regionales en el nivel de vida, así como la pobreza, son los principales problemas sociales en el mundo, a principios del siglo XXI. El desempleo es un fenómeno socioeconómico, que influye fuertemente es el desarrollo de cada país o región. Con un ritmo acelerado de crecimiento de la población, el desempleo sigue siendo muy elevado, lo que lleva a un bajo nivel de vida, ya que la población difícilmente satisface sus necesidades básicas. Este fenómeno  se ve claramente en muchos países de África, Asia y América Latina.
En los países socio y económicamente más desarrollados el ritmo de desarrollo de la economía nacional va adelante del ritmo de crecimiento de la población, lo que crea búsqueda de mano de obra, el nivel de vida es más alto.
El  rápido incremento de la población en el mundo, lleva al incremento de la necesidad de fuentes de energía y la intensificación de su explotación. De este modo estos  se están agotando rápidamente, lo que amenaza el futuro de nuestro planeta. Al mismo tiempo estimula la búsqueda de nuevas fuentes de energía alternativa. Por ejemplo: La búsqueda de fuente de energía alternativa del petróleo, ya que las reservas mundiales, estarán agotadas para el año 2050.El problema energético está extremadamente ligado a los problemas ecológicos, la preservación de la paz mundial, etc. Esto demuestra la importancia del problema demográfico para el futuro de la humanidad.


DERECHOS HUMANOS EN MEXICO.

Los derechos humanos son un conjunto de principios y normas que se consideran indispensables para el desarrollo integral de los individuos. La concepción actual sobre ellos presupone que las personas los poseen  por el simple hecho de ser seres humanos y presuponen también que las sociedades jurídicamente organizadas deben velar por ellos, en el entendido de que todos estamos obligados a respetarlos.
Puede decirse que esta concepción de derechos humanos es relativamente reciente en la historia de la humanidad.
 La declaración de los derechos del hombre y del ciudadano elaborada por la Asamblea Nacional Constituyente en 1789 en Francia es su primera manifestación. Pero no es sino hasta después de la II Guerra Mundial, cuando se suscitaron numerosas persecuciones humanas ordinarias (pertenencia étnica, credo religioso, preferencia política, etc.)Que se fueron formulando, dentro del Derecho Internacional, los documentos que permitieron identificarlos, enumerarlos e impulsar su respeto.
En diciembre de 1848 se aprobó por unanimidad en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un  documento conocido como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En ella se proclamaron diversos derechos cuyo respeto procuraba el orden público y el bienestar general. Los derechos aludidos son los siguientes:
1.       La vida.
2.       La libertad
3.       La seguridad personal.
4.       No ser víctima de detenciones arbitrarias.
5.       Tener un proceso judicial justo.
6.       La presunción de inocencia hasta que no se demuestre lo contrario.
7.       La no invasión de la vida privada.
8.       La libertad de movimiento y residencia.
9.       Asilo político.
10.   Tener nacionalidad.
11.   Tener propiedades.
12.   La libertad de pensamiento, conciencia, religión, opinión  y expresión.
13.   Asociarse formar una asamblea pacífica y a la participación en el gobierno.
14.   La seguridad social, al trabajo, al descanso a un nivel de vida adecuado para la salud y el bienestar.
15.   La educación y la participación en la vida social de su comunidad.
En reuniones internacionales sucesivas y a través de diferentes pactos, estos derechos se fueron afinando y ratificando. También fueron el punto de partida para nuevas declaraciones más específicas como la Declaración de los Derechos del Niño (1959), la convención  sobre los derechos políticos de las mujer (1959), el pacto de derechos económicos, sociales y culturales y el pacto de derechos civiles y políticos (1966)  etc. Pero lo importante fue que los Estados nacionales (Los gobiernos de cada país) que los aceptaron y se comprometieron a promoverlos y hacerlos cumplir dentro de su país.
La promoción de los derechos humanos en México permitió que muchas de las personas que padecían de diversos atropellos encontraran un sustento legal para defenderse. Asimismo permitió a activistas  y luchadores sociales recurrir a ellos en la defensa de los intereses de sus comunidades. Esto último abrió nuevos frentes que quedaban fuera de los  partidos políticos o los sindicatos. Adicionalmente la firma de nuevas declaratorias humanitarias e incluso de tratados comerciales con potencias extranjeras de alguna forma obligó al Gobierno mexicano a tomar más en serio la promoción y el respeto a los derechos humanos aunque, todavía falta mucho por hacer.
Tras décadas de un régimen político dominado por un partido de Gobierno, el Estado Mexicano había desarrollado actitudes y mecanismos autoritarios. Aunque hubiese suscrito acuerdos internacionales donde se obligaba a respetar los derechos humanos, la condición social de muchos mexicanos no correspondía con dichos compromisos. El caso típico es este sentido es, sin duda, el de la población indígena: una población constantemente sujeta hasta el día de hoy a diversas formas de opresión, explotación, despojo de tierras, discriminación etc.
Aparte de los derechos plasmados en nuestra Constitución Política, México tenía una débil preocupación sobre los derechos humanos. No fue sino hasta 1989 cuando se creó, en la secretaría de gobernación, la Dirección de Derechos Humanos (DGDH), misma que un año después se transformó en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Sin embargo, la nueva CNDH tenía el mismo problema de muchas otras instituciones mexicanas, que se supone operan de manera imparcial. Esto les resta credibilidad pública y autoridad moral, especialmente cuando los conflictos que surgen son justamente contra el Gobierno. Así, la institución en cuestión  puede llegar a jugar un papel contrario al que se le encomendó. Es decir, puede ocultar los procedimientos violatorios de los derechos humanos que agentes del Gobierno pudieran estar realizando. De tal modo que los partidos de oposición presionaron al gobierno para que la CNDH fuese un organismo público autónomo, es decir, una institución financiada con el presupuesto de la nación, pero autónoma .En septiembre de 1999 se publicó la reforma constitucional que dio a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos plena autonomía presupuestaria y de gestión. De este modo se ha logrado un equilibrio importante, porque la vigilancia sobre el respeto a los derechos humanos descanso tanto en una institución gubernamental pero autónoma.